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Miniaturas de la semana: los Ruzty Boyz

¡Bienvenidos a nuestra sección orientada al hobby en el mundo de Warhammer 40k! Como cada semana, aquí tenemos una nueva entrega.

Hoy presentamos a unos orkos muy especiales. Los Ruzty Boyz de nuestro colaborador Karan, del que ya hemos mostrado algún otro trabajo como su Caballero Espectral completamente imantado. Veamos cómo nos introduce a sus chicos el propio Karan.

Una de las partes más interesantes de empezar un ejército es la de dotarlo de un trasfondo. Como ya hemos dicho varias veces, yo soy más de pintar y coleccionar que de jugar (aunque he de confesar que soy muy vago y me cuesta un montón ponerme a pintar. Y a causa de ello, la horda gris me abruma y no para de crecer).

Un ejército sin más, aunque esté estupendamente pintado, puede carecer de un poco de alma si no le damos nuestro propio sentido, una vuelta de tuerca a esos personajes y esas unidades. Para mi es tan divertido inventar un trasfondo para mis miniaturas como pintarlas o jugar con ellas.

Es por ello que esta entrada, más que la miniatura de la semana, es las miniaturas de la semana. La figura principal requiere que mostremos antes unas pocas más, para enseñar su trasfondo y sobre todo algo muy divertido, su evolución. Según jugamos, nos van gustando unas miniaturas más que otras. Podemos tener un personaje que nos gusta y le damos trasfondo. Pero si en reglas, o en miniaturas, nos empiezan a gustar otras figuras, puede que queramos transformar ese trasfondo.

Tenemos un ejemplo de ello en nuestro compañero Brottor y su reclusiarca de los ángeles sangrientos, Taychus. Taychus tuvo la desgracia de que las reglas de los reclusiarcas desaparecieran, pero a Brottor le encantaba su trasfondo. En la última partida que pudo utilizarlo, Taychus murió a manos de Lucius el sempiterno, así que Brottor utilizó el resultado de esa partida para transferir a su malhogrado heroe al ferreo caparazón de metal de un poderoso dreadnought, desde el cual, aun en la muerte, sigue sirviendo al emperador.

Con ese ejemplo podéis ver que no todo es jugar partidas con tus colegas. Hacer crecer el trasfondo personal de tu ejército es enriquecedor y te ayuda a querer jugar con esas figuras que tanto esfuerzo te ha costado comprar y pintar.

Es así que paso a contaros la historia de mi incipiente WAAAGH!! y su nuevo líder, Partebarbaz. Antes de empezar, he de decir que mis orkos no están basados en ningún clan concreto. Se hacen llamar a sí mismos los Ruzty Boyz. Son una horda heterogénea de meks, zakeadorez, pirataz y otras criaturas de no menos deleznable naturaleza. Su seña de identidad es que prácticamente todo su equipo está tremendamente oxidado y solo tiene algunos parches de pintura saltada.

A nivel de pintado, el efecto del óxido lo consigo exclusivamente con un poco de pintura metalizada y muchos pigmentos. La ropa suele estar pintada a aerógrafo en negro con luces en gris, tanto para no comerme mucho la cabeza como para no desviar la atención de las partes importantes de la miniatura, el equipo oxidado y la piel. Hablando de la piel, hay una enorme gama de tonos de verde que utiliza la gente para sus orkos. A mí siempre me ha gustado un verde fuerte, intenso y brillante. Un detalle que suelo utilizar, para resaltar la naturaleza fúngica de los orkos y su nula similitud con los humanos, es que sus entrañas, sangre, bocas y demás, siempre las pinto de color morado.

Para empezar la historia de mi WAAAGH!!!, he de comenzar con un personaje que interviene en su historia. Este es al Big Mek Orko bautizado como Ariztórkelez:

Ariztórkelez ez uno de los mek máz prolífikoz de la galaxia. Ezte mek tiene una gran predilekción por zu gran cañon de ataque Shock. Todoz los Orkoz zaben que el cañón Shock es impredecible, tienez tantaz probabilidadez de dar daka a tuz enemigoz como de que te ezplote en la jeta… o algo mucho peor. Por dezgracia de zuz enemigoz, Ariztórkelez ez el primer orko en zuperar eza fruzlería de morirte, que te impide zeguir con el daka y la grezca. Ziempre que Ariztórkelez muere, vuelve con un nuevo kuerpo, graciaz a zu gran invento, el tranzporta zezoz.
Ezte kachivaze ez un gran tornillo que ze pone en la cabeza y ke enchufa zu zezo con zuz extrañaz maquinaz, de forma que cada vez ke el Mek la palma (y zuele pazarle muy a menudo, dentro y fuerza de zu taller), zu zezo ze tranzporta a un kuerpo nuevo. Loz kuerpoz que utiliza, loz kultiva el mizmo arrankandoze unaz verrugaz, ya ke laz andanzas de Ariztórkelez empezaron en un kirofano y no en un taller. Graziaz a zuz dizekcionez de orkoz muertoz (aunke loz kabronez zeguían diziendo que eztaban vivoz), Ariztórkelez aprendió todo lo que la anatomía orka tenía que enzeñarle. Azí dio el gran pazo de aprender a kultivar nuevoz kuerpoz igualez al zuyo.
Por zuerte para loz enemigoz de loz Orkoz, Ariztórkelez ez máz de kitar que de dar. Y no komparte zu gran invento con nadie, por muchoz piñoz que le ofrezcan.

Aquí tenemos ahora la primera de las apariciones de Partebarbaz. Partebarbaz empezó sus andanzas como el noble de mi primera unidad de motos. Según lo pintaba, me fue gustando mucho el resultado y decidí darle un trasfondo algo más avanzado para cuando se lo enseñé a mis compañeros en nuestro foro.

Partebarbaz ez un orko muy zuertudo, el tipejo tenía una peña del karajo ke le zegia a to’az partez para partir jetaz. Pero tambien tenía un problemon, el tío no era kapaz de llejar a zu ora pa zurrarze. Haze tiempo, yego tarde a una bataya to brutal pero aztuta, y cuando llego con zu peña, no kedaba cazi nadie vivo. Para aprovechar, puzo a zuz chikoz a recojer piñoz por todoz ladoz. Pero zu gran zuerte ez ke ze enkontro un garrapato mamut muetto, zolo para el. Kargadoz de piñoz hazta arriba, fueron a ver a Ariztorkelez y le kompraron un montonazo de motoz pa todoz loz chikoz de la peña, para no llegar nunka maz tarde, Partebarbaz ez brutal, pero aztuto.
Incluzo Partebarbaz le dio a Ariztorkelez un kolmillo del garrapato mamut, kon la promeza de ke le konztruiria la chopper maz kuztomizada, ruidoza y con maz dakka que jamaz ze haya vizto. Partebarbaz aun ezpera zu motaza y ez por ezo ke ni el ni zuz chikoz, ke ahora zon loz Zatanazez del infienno, ze zeparan de Ariztorkelez. Por zi el zucio mek raztrero lez ha intentado timar.

Partebarbaz eztá enkantado kon zu moto, a la ke el mizmo zuele kitarle piezaz del motor para ke zuene máz. Pero aun ezpera la moto ke Ariztorkelez le prometió.

Partebarbaz zuele llevar un kanijo klaxon en la parte de atraz. Kuando necezita pazar por algun zitio kon la moto, lanza al kanijo klaxon al burullo para ke zuz gritoz aparten a la peña.

Ariztórkelez no zolo dio a loz Zatanazez zuz mejorez motoz, tambien lez dio buenaz armaz. ¿Ke ez mejor ke un palo kon tuerka? ¡Un palo con muchaz tuerkaz!

Laz kadenaz ziempre molan, ke ze vengan.

Como habéis podido leer, aquí ya estaba yo maquinando su siguiente paso. Eso es porque ya tenía pensado hacerme con la impresionante miniatura del kaudillo en moto de forgeworld. Pero claro, las cosas de forgeworld se han de comprar meditadamente, que son caras a más no poder. Así que fue pasando el tiempo hasta que por fin me hice con ella. Así que aquí os presento por fin la verdadera miniatura de la semana. Este trasfondo lo escribí al inicio de la campaña de Gathering Storm, espero que os guste tanto el trasfondo como la figura.

Partebarbaz, el kaudillo

[blockquote author=»Inquisidor Dexfan, Hordo Xenox»]La destrucción del imperio no vendrá de la mano del traidor herético, ni del mutante. Sino por el brutal puño de hierro del Orko.[/blockquote]

La oscuridad se cierne sobre la galaxia. Los ejércitos del imperio observan con temor como en el ojo del terror acontecen los inicios de la decimotercera cruzada negra. Los siervos leales al emperador tiemblan de terror en sus altas y frías catedrales, temiendo que su dios los haya abandonado. Los ejércitos se preparan para la guerra de la humanidad contra el caos, pero todos ellos se equivocan de enemigo.

En las estrellas Ghoul se encuentra un planeta que es casi considerado un mito, Gorkamorka. Es un planeta asolado por la guerra entre las facciones de orkos de un gargantuesco pecio espacial que destruyó el planeta en una colisión. Los orkos de Gorkamorka han crecido impulsados por la guerra entre las distintas bandas de zaqueadorez que rapiñan los restos del pecio para construir armas y vehículos. Pero algunos meks aún continúan con su deber sagrado de construir una gran nave con la efigie de sus dioses gemelos para que llevar la guerra y la muerte a todos los rincones de la galaxia a lomos de sus deidades.

Sin que muchos se percataran de ello, hace tiempo, una facción de los guerreros de Gorkamorka consiguieron construir una enorme nave para salir del planeta. Legiones de zakeadores y pandilleros orkos subieron a la nave ante la promesa de sus líderes y mekánikos de que llevarían la guerra y la destrucción a las estrellas. Los orkos de Gorkamorka que abandonaron el planeta pronto pudieron ponerse a prueba una y otra vez. Con cada victoria, ganaban adeptos para su causa y chatarra para su nave. El jefe de los meks del pecio, un enorme mekaniko llamado Ariztorkelez, comandaba a legiones de kanijoz para soldar nuevos pecios al enorme casco de la nave que pronto pasó a llamarse a sí misma también Gorkamorka.
La perdición que esta facción de orkos puede traer al imperio, es que Ariztorkelez parece haber superado una de las más grandes trabas para la navegación orka. De alguna manera, el pecio de Gorkamorka puede dirigirse hacia el sistema al que su líder quiera ir, en lugar de dejarse llevar por las mareas de la disformidad. El gran líder de Gorkamorka se ha contentado con arrasar planetas imperiales y sumar cada vez nuevas partidas de orkos a su ejército y añadir nuevas naves a su flota. Pero todo eso ha cambiado. Hace tiempo que un nuevo poder ha surgido entre sus filas. Un líder de una de las más prolíficas bandas de zakeadorez consiguió hacer fortuna con los piñoz de los muertos de una batalla y pagó una enorme suma a Ariztorkelez para que le dotara a él y a sus chikoz de potentes motos y armas destructivas y cañeras. El líder de esa banda se hacía llamar a si mismo Partebarbaz, y al recibir las motos, su peña pasó a ser conocida como «Loz zatanazez del infienno». Como colofón final, Partebarbaz entregó a Ariztorkelez el gran piño de un garrapato mamut para que este le construyera la mejor moto de la galaxia.

Pasó el tiempo, pero parecía que el mek no cumplía su acuerdo. Partebarbaz iba ganando prestigio en las batallas, pero mientras tanto, vigilaba con cautela los movimientos del mekaniko por si este estaba intentando timarle. Pero llegó el día en el que Ariztorkelez llamó a Partebarbaz a su tienda para recoger su moto. La expectación era enorme. Partebarbaz esperaba nervioso en la puerta a que Ariztorkelez sacara su nueva moto. Sus zatanazez del infienno no podían estar menos nerviosos, pues todos ellos deseaban ver la nueva montura de su jefe con la que les llevaría a más victorias. Una gran multitud se agolpaba detrás de ellos, montones de chikoz que adoraban al motorizado noble y aspirantes a unirse a la banda. Cuando la expectación llegaba a su culmen y algunos orkos daban rienda a su nerviosismo empezando a pelear, la cortina que tapaba la puerta del taller se abrió.
A lo largo y ancho de la galaxia, una ola de pura energía verde barrió la disformidad. Era la energía de un tremendo grito de puro júbilo orko, la promesa de incontables masacres y de una velocidad nunca antes vista. Todos los astrópatas de los mundos en un amplio radio en torno a la flota murieron por la sobrecarga psíquica, sumiendo a sus mundos en un estado de barbarie al quedar completamente aislados del imperio. Miles más murieron a lo largo de toda la galaxia. Psíquicos latentes vieron sus poderes sobrecargados y se transformaron en faros en la disformidad que atrajeron a los demonios al mundo material. Las naves en tránsito por la disformidad sufrieron la brutal oleada de energía verde que ocultó la luz del astronomicón y los perdió irremediablemente en la disformidad, con sus navegantes sangrando por su tercer ojo y los tripulantes abandonándose a una furia y barbarie psicótica.

En el reino de la disformidad, cientos de demonios se encogieron ante el poder desatado. Los poderes en lucha dentro de ella, levantaron la cabeza al percibir el inicio de un gran cambio y un enorme peligro. Los dioses gemelos, Gorko y Morko, llevaron su mirada astuta y brutal hacia aquel lejano pecio donde un nuevo futuro estaba empezando. Solamente una vez en toda la historia de la humanidad se había sufrido una oleada de energía orka comparable a esta. En las llanuras de Ullanor, donde la mayor de las batallas de la humanidad y la raza orka tuvo lugar. Allí donde los orkos disfrutaron de su más cruenta lucha contra el dios guerrero de la humanidad.
El imperio se estremeció herido ante el poder del gritó psíquico, que tuvo su epicentro en el pecio Gorkamorka, frente al taller de Ariztorkelez. Tal era la excitación de los orkos ahí reunidos, y más aún la del propio Partebarbaz, que al ver por fin la moto, desató el tremendo alarido. Los orkos no pudieron expresar otra mejor manera de dar rienda suelta a su excitación que empezando a golpear cosas. Los orkos crecen en la lucha, cuanto mejor sea una guerra, más grandes crecerán los orkos que en ella participen. Ganar batallas, obtener respeto y encumbrarse por encima de otros hace que los orkos segreguen la hormona del crecimiento, lo cual explica por qué los más grandes de entre los orkos son los mandamases de su raza. Mientras gritaba de puro júbilo, Partebarbaz empezó a crecer.

En pocos segundos, el ya de por sí enorme orko ganó un tamaño mucho mayor al del mismísimo líder de la nave. Rápidamente, Partebarbaz montó en su nueva moto y arrancó para salir disparado, seguido de sus Zatanazez del infienno por los pasillos del pezio para buscar al líder de la flota. Ariztorkelez sonrió complacido al ver esto y volvió a entrar a su taller. La historia siguiente es sencilla, Partebarbaz localizó rápidamente al líder del ejército Orko y lo aplasto contra un mamparo. Todos los orkos de la zona lo aclamaron como su nuevo líder, y de esa forma, empezó a surgir el Waaagh!! más poderoso al que el imperio de la humanidad o cualquier fuerza de la galaxia se haya enfrentado jamás. La flota orka ha crecido enormemente y se derrama como una marea imparable. Partebarbaz ha dictado un nuevo rumbo para su Waaagh!!, rumbo el cual Ariztorkelez mantiene con precisión. El gran pecio se dirige inexorable hasta su destino arrasando todo lo que encuentra a su paso, como una poderosa lanza que se clava en el costado del imperio. Embarcado en una alocada carrera con otra fuerza con el mismo destino, Terra.

[blockquote author=»Uthan el Perverso, Filósofo Eldar»]Los Orkos son la cúspide de la creación. Ellos ya han resuelto sus grandes dilemas, han evolucionado hasta convertirse en una sociedad que no conoce la angustia ni las preocupaciones. ¿Quiénes somos nosotros para juzgarles? ¿O los humanos, que se dirigen inexorablemente hacia su ruina? ¿Y por qué esto es así? ¡Porque nosotros seguimos buscando respuestas a preguntas que un Orko ni se preocupa en hacerse! Vemos a una cultura que es fuerte, y la desdeñamos porque nos parece primitiva.[/blockquote]

Ahora un poco de making of. Lo primero de todo, sí, es jodidamente gigantesco.

Con las primeras capas dadas. Aquí tenemos la ropa del orko pintada y las partes de metal, con una primera capa y el primer pigmento marrón para hacer el óxido.

La moto ya oxidada del todo.

Detalle de la típica cuadrícula orka en las placas de protección del manillar. Las marquitas en la tabla de corte son centímetros. Para comparar tamaños.

Todas las piezas terminadas ¡a la espera de ser ensamblado!

Filtraciones de Guardia Imperial y Renegada del Index Astra Militarum de FW

Mientras, Jaghatai Khan…