in

Miniatura de la semana: Tervigón Bryar

 

¡Bienvenidos a nuestra sección orientada al hobby en el mundo de Warhammer 40k! Como cada semana, aquí tenemos una nueva entrega. Eso es lo que diría Xandre, pero hoy hay otro loco al volante, y traigo algo distinto ¡Que ya está bien de tanto marine!

El arte original del Tervigón es esto. Ni carnifexes bípedos ni pegotes.

Y llegados a este punto, muchos de los que habéis visto la miniatura al hacer click en el artículo ya estaréis diciendo «pero qué me estás contando Byor, si eso no es un Tervigón«. Pues añadamos un poco de contexto. Resulta que hace unos años, a la gente de Games Workshop les dio por poner unidades en el codex que no tenían miniatura. Por supuesto el Codex Tiránidos no se libró, y precisamente entre esas miniaturas que no existían estaba el Tervigón, que en ese momento era posiblemente la miniatura más competitiva de todo el codex.

Me dio por investigar cómo se las había arreglado la gente, y encontré todo tipo de locuras. Tervigones bípedos usando carnifexes, plastacas de masilla verde… nada me convencía, así que me puse manos a la obra, cogí las ideas que más me gustaron de todos los engendros que había visto por internet, y la Flota Enjambre Bryar se puso manos a la obra para crear su propia versión del Tervigón.

Ingredientes: Una peana de volador, un Carnifex, un huevo de masilla y mucho valor. En lugar de un Tervigón bípedo (menudo dolor de espalda me da solo de imaginarlo), quise hacer algo que reptase más que andase, y que tuviese que arrastrar los sacos de donde saldrían los Termagantes.

Aquí empieza a tomar forma. Empecé a ver que tenía que hacer algo con esos huevos, que estaban quedando tan flojetes, y más tarde les añadí unos conductos, para darles más relieve y que no fueran unos huevos ahí pegados sin más.

En este punto ya había añadido la bolsa que arrastraría por el suelo, la había rajado y le metí Termagantes, que pensaba que tenía de sobra pero luego resultó que me tuve que comprar muchos más por lo que proliferaron los Tervigones. Aquí se ve bien que amplié el tórax del Carnifex con la parte orgánica que contendría Termagantes, e iría cubierto por encima con un caparazón.

Y pam, dos garras enormes, pintura y Tervigón terminado. Sí, no soy un genio de la pintura, más bien soy un abusón del pincel seco, pero me gusta hacer el gamberro con masilla verde. Si gusta, os enseñaré qué hice con las Arpías (que tampoco tenían miniatura cuando salieron). Y si sigue gustando, puede que os enseñe joyas como el Dimachaeron por 20€, o el Triunvirato tiránido.

¡HAZTE UN SELFIE CONMIGO, ULTRAMARINE!

La quinta misión de El Destino de Konor: Drental

Podcast 27: Sobre resina, aerógrafos, mancos y secadores de pelo