Cada semana iremos comentando nuestras primeras impresiones de la serie Hammer and Bolter de Warhammer+, cuyos siete primeros capítulos ya están disponibles en el servicio online de WarhammerTV. ¡Ojo, porque todo lo que hay en este artículo son spoilers!
Kill Protocol (Protocolo de Eliminación) es la séptima historia corta de la antología Hammer and Bolter. Tras un parón de casi dos meses en los que Warhammer+ ha ido publicando la segunda mitad de la primera temporada de Angels of Death, la otra serie de la plataforma regresa con este episodio de 23 minutos, el más largo hasta ahora de la serie.
La historia se inicia en un campo de batalla vacío de vida pero lleno de cadáveres de cadianos y orkos. Restos de tanques, aeronaves y hasta de un Caballero Imperial son parte del paisaje por el que avanza una tecnosacerdotisa del Adeptus Mechanicus escoltado por un robot Kastelan. La magos dicta la orden de Protocolo de Vigilancia al robot para luego buscar con su visión aumentada entre las ruinas de la batalla. Y localiza su objetivo: arqueotecnología, oculta en una ciudad colmena en ruinas en el horizonte.
Gran cantidad de orkos se acercan hacia ellos, y la magos determina que la probabilidad de evitarlos es muy baja. Con gran ceremonia, activa el Protocolo Aegis del robot Kastelan para protegerse contra el inminente ataque. La escena de combate posterior es posiblemente la más espectacular de la serie hasta el momento, quizá igualada con la batalla entre Asuryani y Marines Espaciales. El robot y la magos se enfrentan a los orkos con tal cantidad de detalles reconocibles por cualquier aficionado a ambas facciones que es una delicia llena de detalles gore y guiños al trasfondo de los implicados. Finalmente y a pesar de que el robot es dañado por la garra de kombate de un orko, consiguen acabar con los pieles verdes.
De forma totalmente sorprendente, pasamos a ver cómo el robot Kastelan se comunica con pitidos y luces al más puro estilo R2-D2 para expresar, por lo que se puede suponer dado que no se transcribe a bajo gótico, que ve muy bajas las opciones de recuperar la arqueotecnología en su actual estado de daños y sin piezas de reparación. Sin embargo la magos le deja claro que la búsqueda del conocimiento está ante todo, y dado que tienen algo más de un 25% de éxito en el estado actual, deben proceder.
En su camino se encuentran con un soldado, quizá un comisario o un oficial, superviviente de la guerra y que está junto a una hoguera. La magos le explica que la guerra ha sido una victoria porque ya no quedan suficientes orkos como para ser una amenaza, y por otro lado el mundo está en ruina completa por lo que ya no es productivo así que las fuerzas imperiales se han ido. El superviviente comprende que ya no le rescatarán, pero se interesa por lo que hacen allí la magos y el robot. Así es como sabemos que la arqueotecnología que buscan es una fuente de energía y regeneración mecánica, capaz de reconstruir mundos o legiones. Un dispositivo de valor incalculable. El superviviente se ofrece para ayudar, pero la magos lo mata para usar los componentes mecánicos de su ciberbrazo en las reparaciones necesarias del robot Kastelan. Es lo más lógico, dado que el humano no estaba en condiciones de ayudar y sin embargo reparar al robot aumentaría muchísimo las opciones de éxito. La escena es terrible y representa el grimdark de Warhammer 40k con maestría.
Reanudan su camino hacia la ciudad colmena en ruinas. Allí los reciben numerosos orkos. La magos activa el Protocolo Aegis para protegerlos, pero tras entrar a la colmena y ante la cantidad de orkos que siguen atacando, introduce en el robot la tarjeta de orden de Protocolo de Eliminación mientras ella corre hacia el interior de las ruinas. Mientras el robot mata y es poco a poco destruido, ella entra al sagrado lugar en el que obtiene un pequeño dispositivo sagrado del Omnissiah. Cuando regresa con el robot, hay innumerables Orkos muertos pero el robot ha caído, destruido. La magos decide usar la arqueotecnología, que es de un solo uso, para reparar por completo al robot.
Ya con el robot de nuevo operativo y al 100%, sus pitidos y luces dejan clara la pregunta: ¿por qué lo ha reparado? La magos lo ve claro: sin él no podría continuar, así que tampoco podría llevar la arqueotecnología a otro lugar. Lo más lógico era gastarla en repararlo y luego buscar otra pieza similar, que es probable que haya en el planeta. Sin embargo, lo que no le dice al robot es que la probabilidad de encontrar otra arqueotecnología es del 0,1%.
El capítulo está repleto de detalles que demuestran un inmenso cariño por el Adeptus Mechanius y sirve para entender mucho mejor a los robots Kastelan. La carne es débil, pero sin duda esta magos tiene un aprecio especial por su máquina compañera, por ese robot que nunca le falla. Es casi una historia de amor rodeada de lógica y salmos binarios. Otro capítulo de Hammer and Bolter realmente memorable.
Como final jocoso, esta vez ha cambiado el clásico texto de los otros episodios sobre que ningún servocráneo, bestia fenrisiana, querubín o Teniente Primaris ha sido dañado al hacer el episodio. Esta vez dicen que todo el daño hecho durante este episodio ha sido calculado para estar en unos parámetros aceptables. Adorable.
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